El vino tinto protegería las neuronas. El vino tinto ayudaría a proteger las neuronas gracias a los efectos beneficiosos de una molécula presente en la piel de la uva. Los investigadores franceses, un equipo del Instituto Nacional de Salud e Investigación Médica (INSERM), han obtenido efectivamente resultados alentadores para el tratamiento de enfermedades incurables como la enfermedad de Huntington (una enfermedad hereditaria que provoca demencia). Esta valiosa molécula es el resveratrol. Es un miembro de la familia de los polifenoles, conocido por sus propiedades antioxidantes y neuroprotectoras.
El vino se asocia a la inteligencia. Según una encuesta realizada por investigadores del University College de Londres, las personas que beben al menos un vaso de vino a la semana tienen más probabilidades que los no consumidores de resolver problemas matemáticos o ejercicios de gramática (mejor flujo sanguíneo en el cerebro).
El vino contra el Alzheimer. Un estudio del Inserm sobre 4.000 personas mayores de 65 años muestra una reducción de la frecuencia de la demencia senil y la enfermedad de Alzheimer en los consumidores que beben un cuarto o medio litro de vino al día.
El vino, una dieta de adelgazamiento Según un estudio realizado en Dinamarca durante 10 años, los bebedores de vino sufren mucho menos problemas de obesidad que los demás (bebedores de cerveza o licores).
El vino, un potente agente antibacteriano. El consumo moderado de vino tinto tendría el efecto de ser un potente antibacteriano, según un trabajo realizado por la Universidad del Estado de Oregón. Sus efectos bactericidas serían eficaces contra la listeriosis y la salmonelosis. Esto se explica por la combinación de ácidos orgánicos, etanol y acidez (ph bajo) presentes en el vino.
Enfermedades y vinos
Las cualidades terapéuticas del vino se refieren a muchas otras funciones fisiológicas. A continuación se presenta una tabla que dista mucho de ser exhaustiva y que tiene un carácter meramente informativo.
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España
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El consumo moderado de vino sonsierra crianza tendría el efecto de ser un potente antibacteriano, según un trabajo realizado por la Universidad del Estado de Oregón.